Hardfreak

QUERIDO CAPITÁN II

>
Querido capitán:

“Anoche pasé frío y me desenamoré un poco”

>
dicen los versos de Manolo Chinato. No entiendo el verbo desenamorarse. Supongo que alguna vez lo he conjugado con mis propios sentimientos, pero no sé explicarlo. Igual que no sé explicar qué es enamorarse.
Un día me acosté con Pachelbel y amanecí enamorada, pero no sé qué ocurrió exactamente. Otro día –bien lo recuerdo-, me quedé dormida entre palabras de Machado y desperté con una sonrisa, y con un hueco del corazón ocupado. A veces he soñado con viajes hacia lugares extraños, y conciertos de oboe, y no sé muy bien cómo he vuelto a la realidad, con la sensación del hueco en el corazón desocupado.
No me gusta esa sensación. Es como cuando pasan las semanas sin hablar contigo.
A veces he soñado que al abrir los ojos de una pesadilla no existes y sólo formabas parte de la imaginación. Quizá todo sea un sueño, como dudaba Descartes, quizá en mis sueños también exista un geniecillo maligno. Quizá de lo único que no deberíamos dudar es de la existencia de la propia “res cogitans”. Pero si hay existencia, habrá algo que también la justifique...
Dejaré de filosofar para abrir de nuevo los ojos a una realidad que no se presenta tan fascinante como creía...